domingo, 16 de octubre de 2016

Premio Nobel y mi amigo


Bob Dylan y Peter Seeger
Al principio me sorprendió la noticia que el premio Nobel de literatura para este año, 2016, había sido dado a Bob Dylan. Me alegró mucho, pero tardé un tiempo en asimilar la noticia. Entonces recordé algunas canciones de Bob Dylan, como Blowin´ in the wind, Like a rolling stone, y otras más que fueron, y lo siguen siendo, canciones que es difícil dejar de admirar su melodía y su letra. Fue una época, cuando las canciones anteriores fueron hechas, de grandes movimientos en todo el mundo occidental. Y con lo dicho no es posible abarcar el complejo mundo en que se vivía y las crisis que surgían en todos los continentes. Fue la época de la guerra del Vietnam, gran fracaso -y que tratan de olvidar, de los Estados Unidos; fue la época de los hippies, fue la época en la que la juventud francesa se tomó las plazas y se manifestó; África ya tenía a su sacrificado Patricio Lumumba y las guerras tribales se gestaban... Pero me detengo acá, pues no trato de expresar opinión de lo que pasaba en la época en que Bob Dylan, el Nobel, comenzaba a escribir sus poemas. Pero así estaba el mundo en esos años.

Luego de oir la noticia corrí a oír las canciones de Dylan. Me metí en la máquina del tiempo y pude ver esa época. Me sorprendió entonces el recuerdo de las conversaciones que teníamos con mi amigo, y si puedo decirlo, mi hermano, Rafael (Lito) Cornejo. No era sobre Dylan, sino sobre The Door y su líder Jim Morrison y sobre otros cantantes y grupos. Recuerdo que estabamos de acuerdo al decir que vendría una época en la que estos autores serían reconocidos como grandes creadores de la palabra y que la gente se pararía para oír sus poemas-melodías.  Y así llegó el día en que uno de los que aún viven pudo obtener un reconocimiento como el Nobel. Y hay muchos que ya traspasaron esta vida que pudieron haberlo obtenido: Morrison, Peter Seeger, maestro de maestro y otros más que los que los distingue no solo es su música, sus letras o poemas, sino su compromiso con la vida: nunca voltearon los ojos a la realidad y cantaron sobre lo que veían y lo que sentían. Y hay más poetas a quien premiar, conste.

viernes, 24 de junio de 2016

Cozy Powell

COZY POWELL
Hace algún tiempo escribí sobre lo que consideraba los bateristas más famosos y que, posiblemente, puedieran considerarse los mejores de su género.  Pero el tiempo pasa, uno disfruta el oír música de todo tipo y toda clase de músicos y, al disponer de un buen repertorio musical, uno puede seleccionar la música que puede gustarle y reconocer el virtuosismo de cada uno de los músicos.

La batería no solamente es un instrumento que forma la base rítmica de cualquier melodía, sino que también tiene su propio lenguaje que determina en gran medida el contenido de la música. Y es claramente distintivo el hecho que un tipo de sonido, que me niego llamarlo música, como el reguetón, no tiene la riqueza rítmica del rock. Basta con oir lo grandes grupos musicales para saber qué es lo que trato de indicar.

Uno de los representantes notorios de los bateristas es Cozy Powell, un típico miembro de la generación endemoniadamente fabulosa del rock inglés (debería de decir bloody drummer, pero me abstenco). Lamentablemente falleció en un accidente que lo buscaba hasta que lo encontró: a más de 160 km/hr, con alcohol en su sangre y hablando con celular. Pero su música ha quedado grabada.
Recomiendo:
  1.  Baile con el diablo.
  2. El solitario
  3. Na na na  
  4. Sunset
  5. 633 Squadron
Podría mencionar otras más, pero bastan con este grupo de cinco. Hay que oír la batería, cómo habla, cómo cuestiona, como predica, como grita. Fabuloso. Descansa en paz, Cozy Powell.