Recuerdo cuando vino Sandro al país. Eran los inicios de los años de la década de los 1970. Se presentó en el cine Terraza, en la Colonia La Rábida. Era un cine grande, en el que se presentaron las películas más representativas de la época: Jesus Christ Superstar, Woodstook, La leyenda de Billy Jack, y otras que vi más de tres veces seguidas. El cine se llenó. Pero en ese entonces no estaba en mi época romántica, pues Sandro era conocido por sus canciones como Mi Amigo el Puma, Rosa Rosa y otras más.
Pero Sandro no sólo era el baladista con un ritmo erótico que abrió ese tipo de espectáculo a otros artistas que le siguieron en otras partes de América. También es uno de los que introdujo el rock en nuestro continente. Aunque en alguna medida comenzó como todos los que quieren llevar un nuevo ritmo en selvas vírgenes, con Covers traducidos al castellano. Tales como las canciones que sacó en la época con Los de Fuego.
Sandro y Los de Fuego: Música y Rock and Roll
A lo lejos se puede decir que no estuvo mal. Pero faltaba el impulso de sus muchas canciones que le siguieron y que lo asentaron como uno de los mejores exponentes de la música popular latina. Si no, les invito a oírlo con canciones como: Quiero llenarme de ti, Rosa Rosa, Mi amigo el puma (que en la versión de Los Polivoces es inolvidable - si alguien la tiene grabada, por favor, ¡publíquela!), Penas, y otras muchas más.
Leía que Sandro tenía el estilo de Raphael Martos de España. Cierto, podría decir; sin embargo, la sensualidad que destila en su mirada y en sus movimientos no se comparan entre ambos artistas. De este último podría decir que hay más teatralidad que emoción, mucho menos sensualidad. Descansa en Paz, Gitano!.
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